Que hermosos ojos que tienes
paisana de mis pecados
tus labios coloradicos
me tienen encarcelao.
Envidia tengo a las flores
que hueles por la mañana
cuando te asomas cantando
al hueco de tu ventana.
Tengo celos del cantar
que entonas de mañanica
y del pájaro que te acompaña
resalada zagalica.
Cantas con tanta dulzura
tus canciones mañaneras
que yo, al oirlas me pongo
torraico a mi manera.
Tú tienes toda la culpa
de que yo esté tan dislocao
aunque la verdad sea dicha
así me siento encantao.
Cuando salgo con mi carro
por las mañanas temprano
siempre miro a tu ventana
para ver si estas cantando.
Después comienzo la faena
con mi mula, la labranza.
Y lo duro del trabajo
se convierte en esperanza.
¡Ay muchachica de mi alma!
Cuanto que te estoy queriendo,
quiera Dios darme la dicha
que ya me estoy mereciendo.
Y por eso, en mi soledad campera,
medito, me ilusiono y…
En silencio hablo
con los pajaricos.
Qué bien me lo paso
besando sus picos.
En silencio hablo
con mi zagalica
y en voz alta digo
que está muy bonica.
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