jueves, 4 de marzo de 2010

DESDE IBIZA IMAGINANDO TU AMOR

Estabas mirando al mar

en la tarde soleada,

encima de una gran peña

con mirada apasionada.

Tus ojos estaban fijos,

en el inmenso horizontes

que bondaban mar y cielo

como belleza imponente.

Leí en tus ojos mil cosas

que antes sabia yo,

palabras de enamorada,

frases que decían amor.

Qué ternura en tu mirada

qué gracia emana de ti,

eres la flor prodigiosa

de fresca hierba fértil.

Echaste tu mano al aire

para llevarla a tu frente,

y tus labios sonrieron,

a la vez, con fe viviente.

Quiero pensar que es verdad

este amor que me imagino,

porque así, hasta que vuelva,

se hará mas corto el camino.

Imaginar desde lejor

es para mí una ilusión,

es soñar que estoy contigo,

dentro de tu corazón.

Ay de mi,

que nací para querer

y queriendo voy naciendo.

CANTO A UNA MOZA

Que hermosos ojos que tienes

paisana de mis pecados

tus labios coloradicos

me tienen encarcelao.

Envidia tengo a las flores

que hueles por la mañana

cuando te asomas cantando

al hueco de tu ventana.

Tengo celos del cantar

que entonas de mañanica

y del pájaro que te acompaña

resalada zagalica.

Cantas con tanta dulzura

tus canciones mañaneras

que yo, al oirlas me pongo

torraico a mi manera.

Tú tienes toda la culpa

de que yo esté tan dislocao

aunque la verdad sea dicha

así me siento encantao.

Cuando salgo con mi carro

por las mañanas temprano

siempre miro a tu ventana

para ver si estas cantando.

Después comienzo la faena

con mi mula, la labranza.

Y lo duro del trabajo

se convierte en esperanza.

¡Ay muchachica de mi alma!

Cuanto que te estoy queriendo,

quiera Dios darme la dicha

que ya me estoy mereciendo.

Y por eso, en mi soledad campera,

medito, me ilusiono y…

En silencio hablo

con los pajaricos.

Qué bien me lo paso

besando sus picos.

En silencio hablo

con mi zagalica

y en voz alta digo

que está muy bonica.

FIESTAS DE PRIMAVERA

Pronto llegará la primavera.

Y el pensamiento lucirá como una estrella

queriendo retener la dicha eterna,

de contemplar, la flor tan bella.

Esa flor tiene mil nombres

envueltos en aureola de pasiones,

haciendo de la vida un verde oasis

y acariciando palmeras como si fueran corazones.

Esa flor tiene mil brotes

que agrupan en si una montaña

de tradición, de arte, de alegríia,

de convivencia, de ayer, de hoy y del mañana.

Esa flor se llama, primavera de mi pueblo.

Esa flor se llama, mes de mayo.

Esa flor tiene colores infinitos,

como un iris, adormeciendo el fuego.

martes, 5 de enero de 2010

A EMILIO. un corazón que sigue latiendo



Fatigado corazón en vida

esperando el último latido,

queriendo escapar a toda costa

del curso del camino recorrido.


Ensayando libertad, proyectos,

esperando romper el último destino,

queriendo retornar a los principios

de este viaje incierto de mil y un caminos.


La batalla de la vida, es un continuo

y su perfil se vislumbra allá en el horizonte,

su fin es recorrer atajos, caminos y senderos

para estremecerse o gozar del frente a frente.


El hombre se aferra a los abismos de la tierra,

y quiere ser feliz, y nunca desgraciado,

felices porque place vivir de esta manera

lo demás también se acaba un día determinado.


Emilio, tu causa aquí entre nosotros

ha sido justa, has sido soñador y has sido amigo,

has sido luchador y amante de los tuyos,

por eso, por tu gesto aquí nos tienes contigo.


Dichoso tu, Emilio, que sabes más que nosotros,

porque ya conoces la historia del infinito,

nosotros nada sabemos, todo es incierto,

todo es inseguridad de lo dicho y de lo escrito.


Ahora tu, Emilio, que vives de otra manera

y nosotros, próximos a morir

vamos a juntar las manos

para hacer más fuerte y más justa esta ilusión de vivir.

domingo, 3 de enero de 2010

CAMINO Y PENSAMIENTO



Caminando a solas

con mi pensamiento

disfrutando en pleno

de mi amigo el viento.


Camino adelante

por mil pericuetos

sin meta ni rumbo

sin pausa y sin vetos.


Recorro los campos

recorro los pueblos

me agarro al destino

me atrevo en mil vuelos.


Quiero ser feliz

busco la verdad

midiendo los pasos

de mi larga edad.


El camino es largo

es largo y estrecho

cubierto de sombras

y de recovecos


Las huellas que dejo

donde voy pisando

no se lo que pasa

que se van borrando.


No quiero llorar

por más que lo intento

por más que las flores

me entregan su aliento.


Me cruzo en mi marcha

con campos vacíos

llanuras secanas

y valles mustios.


Encuentro también

grandes alamedas

que luchan feroces

por sus arboledas.

POZO DE LA SERNA



Hace años ya, conocí esta aldea.

Aprendí despacio el mérito de su hermosura,

y, desde aquel principio lejano, pero muy claro,

disfruto, gozo, y me siento de este lugar, dichosa criatura.


Vine a esta tierra muy joven

destapando pronto los límites de mi imaginación,

alargué mi pensamiento hacia la naturaleza,

y un encanto singular fortaleció mi razón.


Se inundó mi vida, y todo mi entorno creativo

de vivencias de pueblo pequeño,

de raíces nutriendo mil savias,

Y regalando con fuerza la inquietud de mi empeño.


Caminando por todas sus calles, busqué

al Quijote, mi amigo y maestro de la infancia,

y encontré su virtud galopando

entre el viento y ráfagas de culta fragancia.


Anduve siempre, y sigo andando,

por veredas y caminos, recovecos y páramos.

Recogiendo y guardando recuerdos

de mi hermano Perico, y esa unión que teníamos.


Cuando el iris se hace presente allá en lo lejano,

y la mente se aísla en la mitad del espacio,

la mirada se queda prendida, y se alzan los ojos,

y la dicha de tanta belleza circula despacio.


Pozo de la Serna, pequeño poblado manchego,

donde una flor se mira, se toca y se comprende,

donde un saludo conforta la esperanza

de aquel que espera, y esperado aprende.


Mi recuerdo alcanza la luz de la huerta,

y desparrama el son de la noria,

y vivo la vida entre los sarmientos.

martes, 29 de diciembre de 2009

A MIGUEL PALAO




¡Oh Miguel! Cuando miro los colores de tu vida,
cuando me adentro en el mensaje de tus trazos,
cargados de inquietud y de esperanza,
mi corazón barre la duda.

¡Oh Miguel! Aquella vez cuando soñé que tu vivias,
cuando quise retenerte antes que la luz
rodeara la cintura de mis ojos,
desde entonces, desde siempre Miguel, tú sigues vivo.

Quiero contarte Miguel que aquí en esta colina
aún hay campos desnudos
y que algunas hojas
se siguen secando en primavera.

Quiero contarte que aún hay lobos que cantan,
y espigas preñadas de miseria.
Quiero contarte Miguel que hay manos frías
que aprietan corazones confiados.
También hay yermo, mucho yermo,
aquí en esta colina.
Miguel no llores, como yo estoy llorando.
Tengamos esperanza.

Porque aún está la fuente que pintastes junto al olmo
chorreando mil colores
y regando ese desierto en el camino
que tus manos, Miguel, siguen pintando.